Busco el ruido de las plazas, busco en las calles de ciudades que ya no conozco.Guardo una tarde de sol por si hace falta, ese es un tesoro que nadie podrá arrebatarme. Manolo García

lunes, 16 de enero de 2006

Vuelta de Inglaterra (I)

Verano del año 98. Noventa jóvenes murcianos han pasado una estancia en un pueblo grande llamado Lowestoft. Ese día era el de vuelta a casa . Se viven despedidas de las familias adoptivas, en el fondo es una desilusión que hayamos llegado al final del viaje. En unas cuantas horas estaríamos en nuestras casas, o eso creíamos.

Los dos autobuses consiguen ponerse en marcha y con nostalgia echo el ultimo vistazo a lo que ha sido mi casa por unos días. A lo que han sido unos días inolvidables. En el aeropuerto de Stansted (creo recordar) nos espera un vuelo charter que nos llevara a Alicante y de ahí a casa. No está lejos, así que el viaje en autobús por esas vías circulando por la izquierda se hace corto. Cuesta pero al final aprendes a mirar al otro lado, o mejor dicho, miras a todos lados para cruzar cualquier calle:)

Hemos llegado al aeropuerto con tiempo de sobra así que el grupo empieza su lenta andadura hacia la terminal del aeropuerto. Flota en el ambiente un sentimiento de tristeza aunque también hay ganas de ver a la familia, a los amigos. Al fin y al cabo todos nos vamos a poder volver a ver en Murcia.

Miramos los paneles, es raro, no está nuestro vuelo. Estos ingleses...si es que son igual de chapuzas que los españoles y no saben ni poner bien el número de vuelo en los paneles jejeje. O no.

Preguntan los monitores en el mostrador. Nadie sabe nada. Se suceden las llamadas, cada vez queda menos tiempo para la salida y seguimos sin facturar. Normal, es difícil facturar cuando no existe el vuelo, cuando la agencia lo ha cancelado. No se localiza a ningún responsable de la agencia por ningún lado para que nos de explicaciones. Ahora mismo hay noventa jóvenes (muchos de ellos menores de edad) en un aeropuerto de Londres sin vuelo en un viaje organizado por el Ayuntamiento de Murcia. Los monitores, empiezan a ponerse nerviosos y el tour-operador les ofrece una alternativa. Coger dos autobuses a Dover, cruzar el canal de la mancha en ferry y coger otro par de autobuses hasta Murcia en un paseo de casi 2.000 Kilómetros. ¿Dormir? Ya veremos, el autobús es cómodo. ¿Comer? Ya veremos, si total, es una excursión.

El tiempo pasa y los monitores tienen que tomar una decisión. O pasar la noche con noventa jóvenes tirados en un aeropuerto londinense o coger un autobús para cruzar el canal en el último ferry. La verdad que aunque no estuve de acuerdo en su decisión bastante tuvieron con el pedazo marrón que les metió la agencia o el tour-operador. Hicieron lo que pudieron y demasiado bien. Yo hubiera pasado la noche allí y a la mañana siguiente desde Murcia nos ponen un avión sí o sí. Mucha gente estaba de acuerdo con esto pero nadie aseguraba nada y los monitores tuvieron que decidir por los menores de edad: nos vamos. Lógicamente los mayores de edad se apuntan al grupo. Quedarse allí por tu propia decisión es bastante arriesgado.

Continuará

P.D: Esta mañana de Domingo me he levantado (tarde) pensando en este viaje de vuelta, no se porqué. Bueno a lo mejor un poco sí:)

P.D.2.: Después de 7 años y medio me apetecia relatarlo, pero lo mismo hay alguna inconsistencia. La memoria es lo que tiene, es selectiva:)

2 comentarios:

Juanicus dijo...

Menuda odisea :) Yo creo que hubiera preferido el viaje en autobús. Debe tener su encanto atravesar Francia de esa manera, sin la tensión de la conducción. Como en el tren.

Jota___ dijo...

Es que ya no vas a seguir poniendo comentarios???
Venga, escribe algo, por dios!