Cualquier estado de ánimo es recuperable. No creo en la felicidad absoluta, mucho menos en la infelicidad pues todos pasamos rachas, mejores o peores; más largas o más cortas. Todo cambia menos menos la inocencia.
Preparar un Belén, la carta a los Reyes Magos, las luces de Navidad, el aguinaldo, preparar algo de comida para los Reyes y sus camellos, esa mirada de un niño la mañana de Reyes al ver los regalos, despertar a toda la familia para abrirlos a las 7 de la mañana...mis mejores recuerdos de la infancia son en Navidad. Es más, me acuerdo de poquisimas cosas de mi infancia, pero casi todas son en Navidad, o relacionados con ella como el dia que me entere que los Reyes no existian. Sí, era un niño un pelín inocente, pero también me recuerdo muy feliz y creo que todo se complico un poco al perder esa inocencia, esa infancia.
Ahora en Nochebuena no puedo dejar de acordarme de las de hace años, muchos, y eso me dibuja una sonrisa triste por saber que esos momentos son irrepetibles, como mucho algún día pueden verse reflejados, ojalá.
Por todo esto y algunas cosas más...
Que se vayan a la PUTA MIERDA los padres de hoy en día que joden la inocencia de sus niños por comodones e indecentes.
domingo, 24 de diciembre de 2006
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